16 septiembre, 2018
I.E.S Campo de Criptana. Ciudad Real.
Con Rosa Palacios Garrido.
La propuesta parte de unas premisas muy concretas y a la vez restrictivas: conexión con el actual edificio docente, un programa amplio dentro de un solar reducido y, evidentemente, una buena orientación de las aulas. Las pocas opciones que ofrece el tamaño del solar nos lleva a ocupar la máxima superficie del mismo y a agotar el número máximo de plantas que permite el planeamiento. Para que esta densidad de edificación resulte agradable al
alumnado y profesorado se incorporan espacios intermedios amplios y luminosos, pasarelas, porches y patios. Todos estos elementos permiten vistas cruzadas y de gran profundidad obteniéndose diferentes panoramas según el lugar donde uno se sitúe. Se enfatiza la posición del edificio colocándolo paralelo a la Avenida de la Hispanidad y a la vez se suaviza reduciendo a una sola altura el acceso al mismo con un porche cubierto. El espacio principal del edificio lo conforma el vestíbulo de entrada coronado por un lucernario formado por vigas prefabricadas de hormigón que sirven como filtro de luz y generadores de sombra.
Se sitúan en planta baja las zonas comunes y de administración y en las dos plantas superiores sólo las aulas, apoyadas por los núcleos de escaleras y
aseos; los dos volúmenes más cercanos al acceso están ocupados por Secundaria y el tercero por Bachillerato, de manera que están independizados.
La orientación del edificio Sur-Norte consigue que todas las aulas que lo necesitan tengan orientación Sur y las demás se resuelven según sean sus requerimientos.
El acceso se realiza por la vía principal (Avenida de la Hispanidad) creando una pequeña plaza de entrada dentro del solar. Los materiales utilizados y el sistema estructural elegido permiten una rápida ejecución con buena calidad, durabilidad y fácil mantenimiento además de un aspecto estético acorde a la zona; en el caso de la fachada se ha resuelto con piezas prefabricadas de hormigón con un aspecto pétreo y de color terroso
como sucede en La Mancha. La conexión con el edificio existente se realiza mediante unas pasarelas colocadas alrededor de uno de los patios.